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Autor para correspondencia: MVZ. Armando Galán Madrigal
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En el mundo existe una gran variedad de microorganismos como las bacterias, los virus, parásitos y hongos que son capaces de producir enfermedades en los animales. El sistema inmunológico se encarga de proteger al animal frente a las invasiones de patógenos, por lo cual, se convierte en un sistema esencial para la vida. El organismo ha desarrollado múltiples mecanismos para evitar que ingresen los microorganismos, que incluyen, barreras físicas, inmunidad innata e inmunidad adquirida.
En las barreras físicas los principales ejemplos son la piel, que impide el paso de los microorganismos, en otros superficies corporales existen mecanismos de auto limpieza, tales como la tos, el estornudo, el flujo mucoso, vómito, diarrea, flujo de orina. El segundo nivel de defensas es la inmunidad innata, este consiste en mecanismos químicos y celulares de respuesta rápida. Esta respuesta se basa en reconocer químicamente las diferencias entre los componentes de los organismos invasores con los del organismo. Basado en este principio se comenzó a utilizar la caseína como un inmunoestimulante.
Un inmunoestimulante es una sustancia que genera una respuesta inmunitaria y aumenta la capacidad del sistema inmunológico de combatir infecciones. La respuesta inmunitaria es la reacción del sistema inmunológico frente a cualquier antígeno, principalmente por el ingreso de bacterias, virus o cualquier microorganismo patógeno, al cual el sistema inmunológico lo reconoce como invasor y monta una respuesta inmunitaria para defenderse, esta misma reacción sucede cuando se inyecta de manera subcutánea o intramuscular una proteína en un tejido donde normalmente no se encuentra, al ser reconocido como una sustancia extraña en el tejido, se monta una respuesta inmunitaria. Esto es lo que sucede con la caseína, una proteína que se encuentra en la leche, pero no forma parte de ningún otro tejido en el organismo de los animales, por lo cual es capaz de generar una respuesta inmunitaria cuando se inyecta por vía intramuscular o subcutánea. La caseína, como ya se mencionó, es una proteína que se encuentra en el suero de la leche, tiene una masa molecular de 20 a 25 kDa, además, tienen la capacidad de agruparse en micelas proteicas de gran tamaño formadas por miles de caseínas, lo que hace más fácil que el organismo detecte su presencia.
Vamos a revisar paso a paso cómo funciona la caseína como un inmunoestimulante. El primer paso el su administración por vía intramuscular o subcutánea, al no encontrarse normalmente en estos tejidos, y debido a sus características estructurales y a su peso molecular va a ser detectada como una sustancia extraña en los tejidos por el sistema inmunológico del animal, generando una señal de alerta y activando el sistema inmunológico como si fuera desafiado por un microorganismo patógeno. La caseína tiene la capacidad de estimular la fagocitosis, la citotoxicidad mediada por células, la producción de lisozimas, la activación de linfocitos T y el sistema de complemento que va a actuar mediante enzimas para destruir agentes invasores.
Las células de defensa y mediadores de la inflamación son mecanismos propios de la inmunidad innata, es la primera línea de defensa que coadyuva en el control de infecciones de etiología bacteriana, viral y/o parasitaria, existen muchas células que realizan funciones importantes de este grupo, entre las cuales podemos mencionar, neutrófilos, macrófagos, monocitos, basófilos, linfocitos, células natural killer, células dendríticas, sin embargo, en las que se observa un mayor aumento son los neutrófilos y macrófagos. Estas dos células, por ejemplo, están muy relacionadas con los mecanismos de defensa de la glándula mamaria, constituyendo la mayor parte de las células somáticas en leche de cuartos sanos, encargándose de destruir a antígenos invasores. Otro beneficio de la caseína es potencializar la respuesta inmunológica frente a procesos de vacunación, esto también esta relacionado con la presencia de neutrófilos y macrófagos, células que funcionan como células presentadoras de antígeno, al tener mayor presencia de estas células, por consiguiente, se tendrá un mayor y mejor reconocimiento de los antígenos vacunales, lo que potencializa la producción de anticuerpos y brinda una sólida inmunización.
Como pudimos ver en esta revisión, la caseína como inmunoestimulante ofrece grandes beneficios para el sistema inmunológico, esto la convierte en una gran opción para reforzar los tratamientos contra diversas infecciones, ya sean bacterianas, virales o parasitarias. También como un acompañamiento en vacunaciones, ayudando a tener una mejor respuesta en los animales vacunados, en ambos casos, nos permitirá tener animales más saludables y fuertes, mejorando nuestros resultados.
Bibliografía:
Tizard I.R. 2009. Introducción a la inmunología veterinaria. Octava edición. Elsevier. España.
Talavera. Et al. 2015. Respuest celular a la hemoterapia y lactoterapia en aves de combate. Universidad Autónoma del Estado de México. México.